Un amplio sector de la población oscila entre estar invisibilizado o ser estigmatizado. El debate “planes si, planes no” ya es un clásico de la degradación de la discusión. Pero hay algo peor que hablar sin saber, y es pretender saber sin escuchar. Necesitamos entender estadísticas para intervenir sobre la realidad, pero antes precisamos conmovernos y comprender a la gente de carne y hueso que conforma esos grandes números, para desear transformarla.