La primera Diputada cartonera de la historia habló por primera vez en una sesión de la cámara baja y sentó su posición sobre el acuerdo con el FMI
El pasado 10 de marzo de 2022 se discutió por primera vez el pago de la deuda externa en el Congreso de la Nación como manda la Constitución. Fue posible gracias a que un año antes el gobierno impulsó y promulgó la Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública. La discusión giró en torno a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, impulsado por el actual gobierno con el objetivo de refinanciar, tomando nuevos empréstitos, la deuda asumida por el gobierno anterior. Y está enmarcada en una serie de hechos que hacen aún más histórico el debate. El préstamo otorgado al país durante el gobierno de Mauricio Macri no sólo fue el mayor en la historia del FMI, sino que sus desembolsos se realizaron violando los estatutos del propio organismo y según un informe del mismo sirvió para financiar la fuga de capitales. En este contexto, y a 20 años de la mayor crisis económica de la historia contemporánea, debutó en el uso de la palabra en el recinto de la cámara de Diputades Natalia Zaracho, la primera Diputada cartonera de la historia, oriunda de Villa Fiorito y referenta del Frente Patria Grande, dentro de la coalición oficialista. Transcribimos íntegramente sus palabras.
Bueno, buenas noches; hoy es mi primera intervención en el recinto. Y la verdad que me genera mucha bronca, quiero ser sincera, con todo respeto. Me genera mucha bronca que sea mi primera intervención y estar discutiendo la deuda con el Fondo. Porque sé qué implica para los sectores populares.
Capaz que no se deben acordar, pero el 16 de diciembre me tocó asumir la banca, que lo hice con mucha responsabilidad, y no podía ni estar parada. Yo siempre digo que soy hija del 2001. Y esa marca la llevo grabada en mi cuerpo. ¿Por qué? Porque me tocó de chica salir a cartonear. Esas decisiones políticas nos dejaron fuera del sistema. Sin la posibilidad de poder estudiar, sin la posibilidad de poder planificarnos a largo plazo. Sin la posibilidad de desarrollarnos. Por eso, Señor Presidente, quiero decirle, y hacer un repaso sobre el 2001:
En el 2001 tuvimos más del 57% de pobreza. Y más del 20% de desempleo. Para nosotros no son números, para nosotros son personas. Que la vemos, la tocamos, la sentimos y nos duele. Y lo quiero decir porque esas decisiones políticas hacen que nosotros no podamos acceder a los derechos básicos.
Y les quiero contar una historia. No es una historia, es un hecho, que pasó hace 2 años, más o menos, cerca de mi casa, en Villa Caraza, donde una familia completa falleció porque, como todos los inviernos, no pueden acceder a tener el servicio de luz. Se cortó la luz, prendieron vela, se incendió la casa, no tenían agua, toda la familia falleció. Familias que nos duelen. Pero son historias que son reales. Y eso pasa porque no accedemos a tener los servicios básicos, los derechos básicos.
¿Qué quiero decir con esto? Que esas son las políticas y la deuda interna que tenemos nosotros. En el 2003, con el gobierno de Néstor y la decisión política de echar al fondo de nuestro país pudimos pensar en cómo poder desarrollarnos. Lo quiero decir porque es importante. Nos hacen creer que los iluminados de afuera nos van a salvar. En ese momento bajó 20 puntos la pobreza y 15% el desempleo. Crecimos y tuvimos independencia. En el 2015 volvimos a tener un retroceso en nuestro país, con el gobierno de Macri, que se fue con más de tres millones y medio de pobres nuevos y con la deuda más grande de la historia. Una deuda no, una estafa. Porque no pasó por acá, porque no nos preguntaron, y porque esa plata no la vimos invertida en la salud, en la educación, ni en construir barrios ni nuevos lotes con servicios. Y la verdad que a mi me genera mucha bronca (a la oposición, con todo respeto, ¿no?) que nos hablen de responsabilidad. Cuando nosotros queremos investigar la fuga, se levantan y se van. Yo, la verdad, quiero que le miren a la cara a la sociedad, que nos dejen de tomar el pelo y que se hagan cargo de la deuda histórica que nos dejaron.
Queremos que esta deuda la paguen los que se enriquecieron. Porque acá no es que perdimos todos, ¿eh? Hay que decirlo. Acá hubo gente que se enriqueció. Este gobierno está discutiendo esta deuda, se hizo cargo de la pandemia mundial y la verdad es que el FMI no cambió nada en su extorsión. Y algunos decían que de la crisis humanitaria íbamos a salir mejor. Pero al FMI no le importa lo humanitario.
Señor Presidente, nosotros no llegamos al gobierno para administrar la crisis. Sino todo lo contrario: para transformarla. A los de abajo no se les puede exigir más. Eso está muy claro. Así como el FMI va a venir a controlar cada 3 meses, yo propongo que hagamos un acuerdo para pagar la deuda interna. Hacer una auditoría cada 3 meses para pensar cómo vamos a hacer un salario básico universal que garantice que la gente deje de estar en la indigencia. Cómo vamos a hacer para ir a buscar a los pibes y a las pibas que cayeron de las escuelas. Cómo vamos a hacer para urbanizar los más de 400 barrios populares que tenemos. Cómo vamos a hacer para crear nuevos lotes con servicios. Cómo vamos a hacer para generar nuevos puestos de trabajo y reconocer los que ya existen.
Para cerrar, Señor Presidente y compañeros diputados, los sectores populares ya sufrimos la crisis del macrismo y le pusimos el cuerpo a los peores momentos de la pandemia. Yo quiero ser muy clara y quiero dejar mi posición: no voy a acompañar este acuerdo que implica el sufrimiento de nuestro pueblo y la extorsión de nuestra patria. Yo no puedo volver a mi barrio y mirar a mis vecinos y decir que voté a favor de la estafa de Macri. Pero sí Señor Presidente, quiero dejar en claro que cuenta conmigo, con mucho compromiso, para seguir defendiendo los intereses de nuestro pueblo. Para enfrentar las agresiones de los poderosos, para investigar la fuga, para construir políticas sociales, para conquistar derechos. Estamos para recuperar el contrato del 2019 que es empezar por los últimos para llegar a todos y a todas. El FMI no es dueño de la Argentina. La Argentina es nuestra y de nuestros hijos.
Foto: Gentileza Prensa de la Diputada